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Ruta del Tajo

El Tajo es uno de los ríos más extensos de la Península Ibérica y el mayor en territorio portugués, con un curso total de cerca de 1100 quilómetros. Siendo su origen en España, en territorio nacional su lecho baña poblaciones como Abrantes, Constância, Santarém, Vila Franca de Xira y Lisboa, la última ciudad que se rinde a este río antes de desembocar en el Atlántico.


Su estuario, con cerca de 15.000 hectáreas, es un área protegida en reserva natural y un lugar privilegiado para la observación de peces, moluscos, crustáceos y más de 120.000 aves acuáticas de alrededor de 200 especies, tales como garzas rojizas, flamencos y patos, las cuales allí se detienen en la altura de la migración entre el norte de Europa y África.


Aquí se integran zonas húmedas, lodazales, marismas, terrenos agrícolas, arenas, carrizales, salinas e islotes que ofrecen refugio a una riquísima fauna, como Mouchão de Alhandra, el Sítio das Hortas, la Ribeira das Enguias, las Salinas de Alverca y de Forte da Casa, las Salinas del Samouco, los humedales de Ponta da Erva, la planicie inundable de Loures, la cuenca Mar da Palha o el Parque Tejo. El pueblo de Alcochete es el lugar de referencia de este espacio protegido.


A orillas de la Reserva Natural del Estuario del Tajo se levantan varios espacios dedicados a la visita y observación de aves, así como centros de interpretación ambiental, los cuales ofrecen exposiciones, workshops, recorridos pedestres, observatorios, hides y otros puntos de observación. Una visita a EVOA en Vila Franca de Xira o al Sítio das Marinhas en Moita, sobre todo durante el otoño y el invierno, permite la observación de una gran cantidad de aves en la zona ribereña, muchas de ellas protegidas por directrices europeas.

La cualificación ambiental ha sido el objetivo central del proyecto de valorización y preservación de las orillas del Tajo, y estas áreas constituyen un excelente hábitat para la avifauna acuática del estuario que allí encuentra refugio, alimentación y lugar para la reproducción y nidificación. 

Pero, hoy en día, la valorización del río y el regreso a su caudal se compone también de programas recreativos. En el municipio de Seixal, Ponta dos Corvos es la primera playa fluvial clasificada como estuario del Tajo y lugar privilegiado para la práctica de windsurf y kitesurf. En Moita, se parte en el varino “O Boa Viagem”, antigua embarcación típica del Tajo, hacia paseos que recrean tiempos ya pasados y jamás olvidados. Y del Tajo y a través del Tajo salen regatas, se practica vela y piragüismo, se navega en embarcaciones tradicionales por las aguas que, alguna vez, vieron partir las naves y las carabelas de las aventuras marítimas portuguesas.