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Ruta de Fado

Visite los barrios típicos del Fado y descubra lugares inolvidables.

Sr. Vinho

Restaurante

El Sr. Vinho, propiedad de la fadista Maria da Fé y del poeta José Luís Gordo, se considera una de las mejores casas de fado lisboetas. Este espacio acogedor, que nos recuerda una típica casa portuguesa, donde no faltan santos, recuerdos de otros tiempos y referencias a fadistas, ha animado las noches lisboetas desde hace más de 40 años.

Rua do Capelão

Punto de Interés

Es un lugar mítico. En él vivió Severa, la primera fadista que se conoce e incluso existe un fado famoso con su nombre. Al entrar en esta calle por el Largo do Martim Moniz, se aprecia, a la izquierda, un friso de paneles de varios fadistas famosos. Al continuar subiendo la calle, se encuentra el Largo da Severa, uno de los rincones más castizos de Mouraria.

Capela da Nossa Senhora da Saúde

Monumento

Es pequeña, como debe ser cualquier capilla, pero en el espacio abierto donde está ubicada aún parece más reducida. Efectos del contraste con la volumetría de los edificios de Mouraria, acentuado aún más por las colinas que delimitan el Largo do Martim Moniz, donde se encuentra. El culto de Nossa Senhora da Saúde es muy importante en Lisboa. Anualmente, se realiza una procesión que parte de esta capilla, tradición que se mantiene desde que fue construida, en el siglo XVI. Se menciona en algunas letras de fados.

Escaleras de S. Cristóvão

Punto de Interés

No las cuentes. Hay muchos peldaños, pero se suben bien, incluso porque por la mitad te sorprenderá el grafiti más importante de Lisboa sobre el fado. Conectando Rua da Madalena con Rua de S. Cristóvão, estas escaleras te llevan directamente al corazón de Mouraria. Arriba, encontrarás la iglesia de S. Cristóvão, que merece una visita.

Palacio del Cunhal das Bolas

Monumento

Célebre palacio lisboeta del Renacimiento, de una sofisticación que contrasta con el espacio que lo rodea, que tiene una particularidad: uno de sus grandes esquinales de piedra, revestido con anchas bolas de cantería. Se dice que, originalmente, todas ellas estaban revestidas de oro. Antigua residencia de los condes de Ericeira, que hoy alberga el Hospital de S. Luís dos Franceses, donde murió el gran poeta portugués Fernando Pessoa (1935) y el pintor Almada Negreiros (1970).