(1893 – 1970)
Un maestro con añoranza del futuro
Cuando la Fundación Calouste Gulbenkian (Lisboa) reunió más de 400 obras para dedicar una gran exposición a Almada Negreiros, por el 120.º aniversario de su nacimiento, sin duda uno de los aspectos que más impresionó a cada visitante fue la diversidad de su obra.
Pintura, cerámica, mosaico, vitral, dibujo, caricatura, escenografía, cinema, teatro, novela, poesía, ensayo, dramaturgia o bailado fueron los «instrumentos» con los que el maestro compuso su extraordinaria «partitura», una de las más marcantes del siglo XX portugués.
Hombre de su época, el arte que nos legó reflejó no solo su talento innato, sino también la influencia del movimiento modernista, que nació a principios del siglo pasado y se extendió, en Portugal, hasta la década de los 70. Los modernistas apostaban por un arte sin barreras, sin divisiones, donde las técnicas se cruzaban en búsqueda de algo nuevo.
Esa incesante demanda fue fundamental para su «fulgurante dispersión artística», tal como clasificaron en esa época su sorprendente eclecticismo. No es casualidad que, dos años antes de morir, a sus 75 años, Almada firmase para la Fundación Gulbenkian un mural titulado «Empezar». Más que el título de una nueva obra, «Empezar» es un status. Revela la actitud ante la vida del intrépido modernista portugués, también figura destacada de la corriente futurista que postulaba la ruptura con el pasado y el amor por la tecnología y por la geometría, la expresión plástica de las matemáticas.
Nacido en Santo Tomé y Príncipe el 7 de abril de 1893, José Sobral de Almada Negreiros vino, desde pequeño, con su familia a Lisboa, donde pasó la mayor parte de su vida. Estudió en un colegio de jesuitas, donde se interesó por los clásicos, pero nunca recibió ninguna formación académica en artes plásticas.
A pesar de la falta de estímulos, pronto reveló su vocación. Empezó por el dibujo humorístico y su primer trabajo firmado data de 1911. En su juventud, frecuentó las tertulias que se reunían en la baixa lisboeta y fue así como conoció personajes destacados del medio artístico e intelectual, como los poetas Fernando Pessoa y Mário de Sá Carneiro, y los pintores Amadeo de Souza-Cardoso y Santa Rita Pintor. Con ellos formó el grupo Orpheu, responsable de la introducción del modernismo en las artes y letras portuguesas.
Aún joven (1919), Almada sintió el impulso de partir hacia París, donde el movimiento modernista se manifestaba con toda su fuerza. Durante alrededor de un año, escribió allí y pintó mientras desempeñaba las tareas más diversas para sostenerse.
Solo volvió a salir de Portugal en 1927, cuando se estableció en Madrid. Durante ese periodo, convivió con el poeta García Lorca, el cineasta Luís Buñuel, y conoció el teórico del futurismo Marinetti. En este paso por España, dejó obra en la Ciudad Universitaria de Madrid y firmó la decoración de los cineteatros San Carlos, Barceló y del Teatro Muñoz Seca.
A pesar de irreverente y determinado, como miembro destacado del Grupo Orpheu, a «dar una bofetada al gusto público», tal como proclamó el poeta ruso Mayakovski, uno de los defensores del modernismo, Almada Negreiros nunca fue activista político. Parte importante de su obra fue encargada por arquitectos e ingenieros del Estado Nuevo (1926-1974), como Duarte Pacheco y Pardal Monteiro, pero a través de ella contribuyó de forma decisiva a la formación del Portugal del siglo XX.
Almada Negreiros asistió, muy joven, a la agitada transición de la monarquía a la república en Portugal. Tenía solo 17 años cuando se declaró la república, acto que puso fin a un proceso de gran contestación con respecto al régimen monárquico, que culminó con un regicidio, en 1908.
Los tiempos siguientes no fueron los más pacíficos. La 1.ª República quedó registrada en la historia de Portugal como un periodo marcado por luchas entre masones, republicanos y miembros de la «carbonería» (sociedad secreta y revolucionaria). Durante los 16 años que duró la 1.ª República, hubo 45 gobiernos, ocho presidentes y siete parlamentos. El caos político generó, en esa época, una situación económica insostenible, con el país en bancarrota y una creciente inestabilidad social.
El 28 de mayo de 1926, un golpe militar puso fin a esa precaria democracia e instauró una dictadura que, a partir de 1933, pasó a llamarse Estado Nuevo. Salazar es la figura principal de este novo régimen, que se prolongó hasta 1974, cuatro años después de la muerte de Almada Negreiros. Durante unas cuatro décadas, Portugal fue un país intencionadamente periférico, sin movilidad social y con un índice de desarrollo humano muy por debajo de la media europea.
Talvez desencantado tanto con el espectáculo degradante de la 1.ª República, como con la dictadura de Salazar, Almada Negreiros siempre se presentó como «apolítico», cultivando un distanciamiento que llevó siempre a los poderes institucionales a considerarlo un outsider.
Resistente a su manera, el maestro hizo de ese distanciamiento el terreno donde pudo desarrollar sin restricciones su energía creadora, basada en un estilo muy propio y totalmente fuera de los cánones.
En el edificio galardonado con el Premio Valmor, donde durante décadas se instaló el periódico Diário de Notícias, existen importantes obras del maestro Almada. Un mapamundi de 54 metros, grabado en piedra, dominaba un salón en la planta baja, donde hasta 2016 funcionaban algunos servicios del periódico. En el mismo espacio, se avistaba también un mapa de Portugal con las cuatro estaciones del año representadas. En el atrio, la obra «Alegoría a la prensa» constituía el homenaje del artista a una actividad que consideraba difusora de cultura y testigo para el futuro.
Inspirad en las ilustraciones de las revistas internacionales de la época, Almada Negreiros realizó, en 1913, para la antigua (ya desaparecida) Sastrería Cuña, situada en la parte baja de Lisboa, una pintura al óleo que representaba una dama y un caballero. Llenos de glamour, pero en una postura relajada, corresponden bien al estereotipo de la elegancia de principios del siglo XX y a la estética cultivada por el pintor.
En el Museo de Lisboa – Palacio Pimenta se encuentra un panel cerámico que se encargó para las instalaciones de la Librería Ática, ya desaparecida. Su tema es la lectura y la expresión del lector retratado es una verdadera delicia, pues Almada Negreiros era también un amante de las letras, autor de manifiestos, artículos, ensayos, poemas e incluso una novela. Alrededor de este lector, el maestro desarrolló todo lo que se puede percibir a través de los libros: desde el misterio de la vida a la magia de las estrellas. De momento, esta pieza está reservada y no puede verse en persona.
Fuente: Catálogo de la exposición José de Almada Negreiros – Una manera de ser moderno
Única novela de Almada Negreiros, escrita en 1925 y publicada en 1938, que tiene como tema de fondo la lucha entre la personalidad del individuo y las normas de la sociedad. El protagonista es un joven provinciano que llega a la ciudad y se enamora de una prostituta.
En esa época, la novela no tuvo éxito entre el público, pero fue aclamada por algunos críticos como una obra innovadora «de una simplicidad extremamente sofisticada». Fue reeditada en 2017.
A la venta en las librerías
Huérfano desde temprana edad, Almada Negreiros dedicó muchas obras al tema de la maternidad. Además del famoso óleo sobre tela expuesto en el museo Gulbenkian, el maestro realizó una secuencia de dibujos de una intensidad dramática extraordinaria. De estos, se reprodujeron en libro 26 originales, en una edición de la Imprensa Nacional Casa da Moeda, de 1982. En 2017, esta obra, agotada hace tiempo, se reeditó.
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Fascinado por todo lo que era nuevo y abierto a todas las formas de expresión artística, Almada Negreiros también exploró el cinema como escenógrafo e incluso como actor. De los trabajos que desarrolló en esta área, destacamos los carteles que diseñó para la película Canção de Lisboa (1939), obra de referencia del cine portugués.
Fuente: Catálogo de la exposición José de Almada Negreiros – Una manera de ser moderno
El catálogo de la exposición conmemorativa de los 120 años del nacimiento de Almada Negreiros, organizada en 2017 por la Fundación Calouste Gulbenkian, constituye un precioso elemento de consulta, al reunir las obras más significativas del maestro en todas sus áreas de intervención. Las más de 400 obras incluidas en la exposición se presentan en este documento a través de fotografías y textos explicativos, junto con una detallada nota biográfica.
A la venta en la Fundación Calouste Gulbenkian